Resulta tan común y habitual su uso, que generalmente desconocemos el significado y alcance de lo que se concibe como un espacio público y en ello viene el abuso que se comete con él.

Más allá de encerrar diferentes y diversos fines para la sociedad, este se refiere a un lugar abierto, libre e inclusivo, generalmente destinado a la vida urbana, los servicios y las relaciones sociales, en la que cualquiera puede circular o hacer uso del mismo.

Sin embargo, pese a ser un espacio abierto, no es tan sencillo que cada quien lo utilice a sus anchas, pues implica leyes y reglamentos para ordenar y obtener su mejor aprovechamiento, en términos económicos, culturales, políticos y sana interacción social.

Aun siendo un derecho de los ciudadanos, la administración pública es la encargada y consecuentemente responsable de su regulación y gestión, sin embargo, depende de cada uno de los ciudadanos el cuidado y uso que le den, es decir, que las condiciones y su dinámica depende de la “apropiación” que la gente haga de él, aclarando que, para este particular, apropiarse no es sinónimo de adueñarse, acaparar, usurpar, ocupar o privatizar.

Claves.

Estamos padeciendo una reducción del espacio público, con un incremento de urbanizaciones privadas y cerradas, con una la falta de límites claros entre lo público y lo privado, que consecuentemente reduce por mucho, la libertad de movimiento e integración de las ciudades a servicios de toda variedad, calidad y cuantía suficiente.

Al ser dinámico, debe ser flexible y suficientemente capaz para servir tanto a los asentamientos formales e informales, así como a toda la mezcla de diversas personas y culturas que pueblan y nutren las localidades.

Los espacios públicos bien diseñados y administrados, son un activo fundamental para una localidad y generan un impacto positivo en su economía. Por esta razón, la inversión en estos espacios contribuye a mejorar la salud y el bienestar de sus habitantes, reduciendo el impacto del cambio climático, motivando a las personas a caminar, utilizar otros medios de transporte sustentable, garantizando la seguridad y disminuyendo la delincuencia.

Las localidades que no cuentan con suficiente espacio público están expuestas a una transformación más lenta y a una difícil modernización.

En los hechos, muchos de los procesos de reestructuración de éxito se enfocaron principalmente en la gestión de una nueva estructura del espacio público, de manera que localidades con alta densidad poblacional, al ser debidamente analizados, garantizan ordenadamente que, en su crecimiento, el desarrollo de infraestructura articule de manera ordenada su progreso.

La red vial es una parte muy importante en el planeamiento del espacio, debido a que entre el 25 y el 35 por ciento del suelo urbanizado de una ciudad, probablemente pertenece a la infraestructura vial.

Procesos y medios para proteger a todos los miembros vulnerables de la población necesitan ser establecidos a través de políticas públicas prácticas, para garantizar la equidad en la asignación y diseño de estos espacios.

Es conocido que Manhattan, Barcelona y Bruselas dedican hasta el 35% del área de la ciudad a espacio vial y un 15% adicional para otros usos públicos, por lo que pueden ser consideradas como modelos exitosos al contar con un 50% de espacio público, con una anotación marginal: se encuentra bien regulado y sin agandalle.

Método.

Al inferir que las calles son la forma más importante de espacio público y que la proporción del total del suelo urbano es determinante en la eficacia del crecimiento, los nuevos polígonos de desarrollo, así como la reutilización de los existentes, al momento de planificar las extensiones y aprovechamientos de las localidades, deben recurrir a la “Planificación Urbana

En este sentido, podemos referirnos a ella como el marco de referencia para el ordenamiento territorial, determinar objetivos, procesos y acciones para establecer líneas estratégicas, programas y proyectos que se deben aplicar con el fin de lograr que el crecimiento económico, sea en un ambiente de equidad social y cuidando la sustentabilidad.

Podemos decir, que es el documento macro, en donde se establecen y determinan los grandes ejes que orientan el crecimiento y reordenamiento de las localidades.

Con este documento maestro y su contenido, podremos establecer, ejecutar, vigilar, evaluar y corregir, las estrategias para las localidades, pues contiene los modelos de crecimiento coherentes a cada sitio y que dadas las vocaciones naturales o inducidas que tengan (puertos, comercio, ganadería, agricultura, servicios, educación, etc.) podrán adecuadamente integrar sus planes sociales, ambientales, económicos y urbanísticos debidamente estudiados.

Las estrategias para el desarrollo de las localidades, deben atender sin cortapisas de manera transversal y con perspectiva sustentable, al menos estas prioridades: a) Vivienda, b) Movilidad, c) Economía, d) Recursos hídricos, e) Medio ambiente y f) Energía.

Todo lo anterior nos serviría para garantizar un desarrollo mejor equilibrado, que satisfaga y cumpla con las demandas actuales, se anticipe a crecimientos y establezca reservas para los que vienen detrás, sin comprometer y garantizando el uso de los recursos, determinando entre otros, los elementos requeridos para la traza de troncales o ejes que conduzcan todos servicios.

Estos ejes de crecimiento y ordenamiento, actuarían como guías para contar con mejoras que incluirían calles continuas de anchos suficientes, sin obstáculos ni cuellos de botella, que agilizarían el tráfico, además de favorecer el flujo de los diferentes sistemas de transporte público, aceras más anchas y seguras, mejor alumbrado público, menor distancia entre las luminarias, áreas arborizadas y más con sombra y para convivencia.

En virtud de lo anterior, al tener bien planeadas las longitudes de desplazamientos, estas se hacen más amigables, motivando desplazamientos a pie, que se conjugan con el establecimiento y mezcla de usos y el nivel del suelo, para mejoras socioeconómicas de todos los sectores.

El reto es para asumirse con los costos -económicos como electorales- que ello implique, pues aumentar y equilibrar nivel de bienestar es el objetivo, y ese no tiene colores sino acciones.

Corolario:

El espacio público es el componente clave de una ciudad sostenible

  • Fotografía en portada de Andreea Munteanu a través de Unsplash.