No se puede apreciar algo que no se conoce, no se puede entender lo que no se sabe, conocer y saber para apreciar y entender deben ser las premisas básicas para todo aquel que pretenda conservar.
En esa línea de pensamiento, es que iremos identificando los distintos elementos arquitectónicos que enriquecen las fachadas del Centro Histórico de la ciudad de Mérida, segundo más grande de la república.
En esta ocasión, mencionaremos la definición y características de un elemento constructivo referente del periodo del Porfiriato (último tercio del siglo XIX hasta 1915).
- En la fotografía que encabeza este artículo podemos identificar un elemento característico de la época cuyo nombre correcto es frontón y que está formado por la unión de dos molduras a vértice con cierto ángulo de inclinación, que descansan sobre una tercera moldura horizontal que puede o no tener el mismo perfil.
- Al espacio o superficie encerrada entre estas tres molduras se le conoce como tímpano.
Foto: Frontón porfiriano en fachada del Colegio Americano/Centro Histórico de Mérida. Fuente: archivo personal del Ing. Magdiel Cen.
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En la fotografía de cierre de este artículo se aprecia otro frontón, que no corresponde al de las fotografías anteriores, en él se puede identificar un elemento ornamental inserto en el tímpano. un águila característica del periodo porfiriano: de frente con las alas recogidas y la serpiente en el pico, parada sobre un nopal, sin los laureles y sin el escudo monárquico.
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Resulta que la arquitectura del Porfiriato es considerada una arquitectura eclética, es decir, una combinación de estilos y elementos producto de la tremenda influencia francesa con todas sus escuelas de las bellas artes europeas, como el Art Nouveau y los componentes prehispánicos. Pueden coincidir e incidir en una fachada dos o más de los cuatro estilos identificados en este periodo.
Entre las principales características estéticas de este periodo se pueden encontrar además del citado frontón:
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Dos o más fachadas paralelas.
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Columnas que pueden estar expuestas, adosadas o empotradas.
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Pilastras con almohadillados varios.
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Arquitrabes curvadas.
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Balcones en saliente.
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Las hermosas columnas salomónicas.
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Almohadillados lineales, con buñas a cuatro costados, etc…
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Dovelas que flotan en los arcos y elementos decorativos en las claves.
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Entablamentos con frontones de distintas formas. Triangulares, curvos, redondos, etc.
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Molduras simples o con perfiles muy elaborados.
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Frisos con triglifos.
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Molduras principales en la parte superior de fachada.
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Vanos cuyos marcos son jambas que sobresalen de la fachada.
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Aplicaciones de orden dórico, jónico y corintio en las columnas.
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Pilastras que parecen estar adosadas.
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Escudos, guirnaldas o pebeteros.
Esto solo por citar algunos elementos de esta época tan profusa y rica en ornamentación de fachadas.
Hay al menos, cuatro estilos arquitectónicos pertenecientes e identificables en el Porfiriato pero de ello se ocupan con mayor detalle los especialistas en la época constructiva.
Cabe mencionar que en arquitectura también se le conoce al frontón como frontis o frontispicio.
Puede encontrarse además del centro de fachada, en un o sobre una puerta o una ventana.
Básicamente se trata de una especie de tejado a dos aguas, enmarcado por cornisas y sobre el entablamento.
Su origen se encuentra en las fachadas de los templos de Grecia y Roma, donde servía como fondo para la colocación de grupos escultóricos que mostraban escenas de la mitología.
También se empleó en la arquitectura del Renacimiento, del Barroco y del Neoclásico, pero acompañado generalmente por medallones dispuestos en mitad del frontón.
Hasta aquí por el momento, en otra ocasión continuaremos hablando de elementos arquitectónicos de este u otro periodo.
Foto: Frontón con águila característica del Porfiriato. Fuente: Archivo personal del Ing. Magdiel Cen.
- Fotografía en portada: Frontón porfiriano en fachada del Colegio Americano/Centro Histórico de Mérida. Fuente: archivo personal del Ing. Magdiel Cen.