Anualmente el 22 de septiembre se celebra el “Día Mundial sin Automóviles”, sin embargo desde antes de su implementación de manera formal en Europa en el año 2000, y su implementación formal en México en el año 2014, se ha desincentivado por parte de los gobiernos y organizaciones civiles el uso del automóvil. Los motivos son muy variados, ya sea por economía, salud, productividad, calidad de vida, etc. se ha buscado, sobre todo en las grandes ciudades, promover el uso del transporte público.
No es un secreto que las emisiones de los automóviles son un factor importante para la calidad del aire, no es la principal, pero por el hecho de que convivimos a diario con estos nos resulta por demás alarmante, más cuando la OMS registra más de 4 millones de muertes al año en el mundo por contaminación del aire, aun cuando la mayor parte de esta contaminación es generada por la industria. El ruido generado por los congestionamientos de autos, el estrés por estar atrapado en un embotellamiento del tránsito urbano, el sedentarismo y dolencias por malas posturas frente al volante durante horas y muchas más enumeran la lista de enfermedades que un abuso en el uso del automóvil nos puede ocasionar. Y es que el escenario no es muy alentador, desde 1990 el número de autos en México se ha multiplicado casi por 4, en Baja California Sur el promedio de autos por familia ronda el 2.4, el crecimiento de las ciudades ha sido más veloz que su planificación y las horas de transporte diario en las ciudades grandes aumenta año con año. Por todo eso y más es que debemos de buscar la forma de desplazarnos sin automóvil.
Alrededor del mundo se han buscado maneras de lograr esto, algunas veces afectando la economía de los particulares, otras limitando directamente la disponibilidad del número de automóviles en una zona específica de la ciudad o en la ciudad misma. Por ejemplo Madrid prohíbe los automóviles en su zona centro a menos que sean vehículos híbridos, eléctricos o con un permiso especial. Londres y Milán cobran una cuota por acceder a su zona centro. En China las medidas han sido muy variadas, en Shanghái por ejemplo desde el año 2000 utiliza un sistema de subasta de matrículas nuevas que rondan hasta los 15 mil dólares americanos, el año pasado se subastaron 6,460 entre 2’800,000 solicitudes. Pekín ha optado por llevar a cabo un sorteo de manera gratuita mientras que Guangzhou utiliza un sistema combinado de sorteo y subasta. En la Ciudad de México se implementó el programa conocido como “Hoy no circula” que años más tarde se cambiaría a un “Doble hoy no circula”. Por mucho el sistema con mayores resultados al parecer es el que ha implementado desde 1998 Singapur mediante su sistema ERP, algo así como una tasa de oferta y demanda, en donde al acceder a ciertas zonas o carreteras te cobra una cuota en función del congestionamiento existente en ese momento, así en las horas pico o de mayor circulación es más costoso y se abarata según baje su demanda, incentivando de esa manera el uso de transporte público, el cuál es inyectado año con año con dinero proveniente de este cobro.
Otro caso más impresionante es con las llamadas “Ciudades desde cero” en dónde se crea la ciudad de la nada poniendo especial atención a la planificación urbana, desde luego existen casos de éxito y fracaso, un ejemplo que ha llamado la atención es la ciudad de Songdo en Corea del Sur, o mejor dicho Distrito, el cual tiene como objetivo que el habitante no se desplace más allá de un radio de 500 metros a pie para realizar todas sus actividades (vivienda, trabajo, comercio) y si es el caso de recorrer una distancia mayor no supero el radio de 1,500 metros en transporte público.
Como vemos experimentos o medidas tomadas para reducir las horas en automóvil han sido muchas y muy variadas alrededor del mundo, sin embargo, sea cual sea el caso, el principal denominador para desincentivar el uso del automóvil es un sistema de transporte público eficiente. En el caso de Baja California Sur estamos lejos de hablar de una movilidad urbana integral y óptima con el modelo de transporte público actual. Actualmente este cuenta con un parque vehicular viejo, por demás incómodo, con rutas largas e ineficientes, sin posibilidad de transborde y muy poco confiable en sus horarios. El sistema de concesiones se encuentra por demás obsoleto. Y si a lo anterior le sumamos la poca oferta de vialidades para circulación mediante vehículos no motorizados, entonces sin lugar a duda, seguirá siendo el automóvil el principal medio de transporte en las ciudades de esta media península.
“… la contaminación nunca debería ser el precio de la prosperidad…” Al Gore
- Fotografía en portada por RayBay en Unsplash.