“Pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio” es el tema elegido por la Organización de las Naciones Unidas para celebrar este año el Día Internacional de la Mujer, y es que las Naciones Unidas quiere centrar su esfuerzo en formas innovadoras en las que pueda abogar por la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, en especial en las esferas relativas a los sistemas de protección social, el acceso a los servicios públicos y la infraestructura sostenible, ya que reconoce que las tendencias actuales no proyectan que se conseguirán los ambiciosos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el año 2030, sobre todo en lo que concierne a la defensa de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas. Como ejemplo tenemos la participación de la mujer en la Industria de la Construcción en México, la cuál de acuerdo a INEGI el avance en una década no supera el 1.00%, avanzando tan solo del 3.21% en 2008 al 4.10% en 2018.

Pareciera que en la mayoría de los países Latinoamericanos los proyectos de inclusión social que han adoptado, más que incentivar la equidad de género de manera sostenida, han generado un paternalismo arraigado, que como consecuencia resulta más fácil “…esperar a que el gobierno me dé…” a crear planteamientos innovadores que rompan con la situación habitual y eliminen barreras estructurales con el fin de desaparecer las brechas sociales actuales, brechas que en algunos países de Latinoamérica se están ampliando dejando a las mujeres insuficientemente representadas en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las matemáticas y el diseño. De vuelta a México la proporción de mujeres respecto a hombres en 2017 graduadas en nivel terciario en ciencia, tecnología o matemáticas descendió hasta menos del 31% colocándola en valores por debajo del año 2004.

Por ello la Organización de las Naciones Unidas apuesta este año a la innovación y tecnología, y a examinar los casos de éxito en la industria, empresas de servicio, negocios en general, emprendedores y hasta activistas que han utilizado la innovación para eliminar esas barreras y de esa manera crear oportunidades y acelerar el avance hacia una inclusión de género en la economía y política de la sociedad de manera sostenible para acercarnos a los logros de los ODS.

Pues de acuerdo a los ODS se define a la igualdad entre los géneros no solo como un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible; sencillamente las mujeres y las niñas representan la mitad de la población de una sociedad y también, por tanto, la mitad de su potencial, si persistimos en una sociedad con desigualdad de género provocaríamos el estancamiento del progreso social, ejemplos tenemos de sobra y basta con comparar, no solo el PIB, sino el acceso a la salud, educación, seguridad y derechos civiles más universales y equitativos de países con una mejor inclusión con aquellos que distan de implementar políticas eficientes en esta materia.

  • Fotografía de Claudio Hirschberger en Unsplash