Hoy, primero de julio, Día Nacional del Ingeniero, levantamos la voz para recordar que sin ingeniería no hay desarrollo. Que sin ética no hay progreso. Que sin unión gremial no hay defensa posible del conocimiento. Desde los caminos rurales hasta los megaproyectos urbanos, desde las aulas hasta los frentes de obra, seguiremos construyendo un México más justo, fuerte y resiliente.