Enfoques positivos y sesgos negativos.
Todo es reparable, aún estamos a tiempo.¡Quién sabe si hasta placeres nuevos!
Charles Baudelaire.
Como si se tratara de una regla inamovible, los seres humanos damos más importancia a aquello que vemos como algo negativo, por encima de lo que consideramos positivo o neutral.
Este fenómeno es lo que se ha llamado sesgo de negatividad y suele presentarse en todos los ámbitos de nuestra vida, es decir, tenemos más presentes los insultos antes que las alabanzas, reaccionamos más fuertemente a los estímulos negativos que a los positivos y solemos pensar, con mayor frecuencia en lo malo, antes que en lo bueno que nos ha pasado.
Para el caso de los inminentes relevos que tenemos en la administración pública y la alternancia bajo la que se presenta, es decir el cambio de modelo de desarrollo socioeconómico y visión de los vencedores, debemos hacer conciencia, ser precavidos, pero firmes invariablemente en exigir claridad en lo que se recibe.
PENDIENTES.
Generalmente en el proceso de entrega-recepción se suelen recibir obras en tránsito, con pendientes o inclusive ya concluidas, sin embargo, de ninguna manera establece el fin de la responsabilidad de quien las desarrolló.
Precisamente por ello, es importante realizar con detenimiento, la revisión tanto de procedimientos como del ejercicio presupuestal para comprobar que se reunieron y cumplieron los requisitos establecidos, a lo cual corresponde un proceso legal, analítico, medible y no debe obedecer a la percepción o tinte político.
No debemos olvidar que el manejo mediático y faccioso que pudo utilizarse para imponer algo en determinado momento, se puede desvanecer con los resultados de las revisiones, mismas que también pueden implicar dar mayor relevancia a estímulos negativos por encima de aquellos que puedan ser positivos o neutrales.
Esto ni es un galimatías ni mucho menos un juego de palabras, como tampoco pretende ser un enredo sino solamente la debida interpretación que corresponde al análisis de los números, la revisión de procesos y normas, para confirmar la veracidad de los proyectos y obras que se reciben.
Independientemente de que todas las obras tienen que ser debidamente revisadas, para mayor diligencia y celeridad se puede aplicar la Ley de Pareto o el principio del 80-20, que debe su nombre a su descubridor, el economista y filósofo italiano Vilfredo Federico Pareto quien lo enunció en 1896, estableciendo que aproximadamente el 80% de los resultados, provienen del 20% de las acciones.
El punto de partida recomienda segmentar lo que se debe revisar o atender, identificando lo más relevante para obtener resultados con mayores impactos, siendo que en ocasiones hasta podría ser irrelevante el resto.
Entendiendo este concepto, se podrá contar con una mejor perspectiva a la hora de identificar a qué se debe dar prioridad para lograr mayor impacto, ya que esta regla no es una ecuación matemática formal, sino más bien un fenómeno generalizado que se puede observar en la economía, los negocios, los deportes y en casi cualquier ámbito de la vida y nos permite ahorros en tiempo y precisión en lo medular.
FACTOR CONSTANTE.
Entre las bondades que la Democracia nos proporciona y luego de la de poder elegir libremente, se encuentra también la posibilidad de tener alternancia en la administración, sin embargo, debemos considerar que ésta, independientemente de las razones por las cuales puede darse, presenta una particularidad.
Esta peculiaridad es un factor constante y es representada por la ilusión o deseo de cambio esperado por quienes se manifestaron como mayoría, dando lugar a muchos anhelos, esperanzas de mejora de cualquier índole y en el peor de los casos, hasta de venganzas o juicios sumarios.
Es en este punto en donde la participación ética de todo profesional que se encargue de revisar expedientes y obras deberá actuar apegado al código de ética como perito y determinar lo conducente, basado siempre en los resultados que sus análisis le provean.
Bajo ninguna circunstancia podrán utilizar interpretaciones ajenas o sesgadas para desacreditar o arrumbar obras por no estar consideradas en los nuevos proyectos basados en las plataformas ganadoras.
Si queremos verdaderamente avanzar, debemos tomar conciencia y comenzar aceptando lo que si funciona, reconociendo como sociedad civilizada que se pudo haber recorrido una parte del camino con los otros, pero sino ha servido lo anterior, o se cae por insuficiencia o mala planeación, habrá mucho más que hacer y el tiempo apremia.
En ese sentido, corresponderá seguir abonando diligentemente para continuar avanzando cuesta arriba.
Corolario.
“Para avanzar, aceptemos solamente lo que nos sirve para crecer”
- Fotografía en portada de UX Indonesia a través de Unsplash.