El arte de gobernar objetivamente

Al término de las campañas se vislumbra una inevitable implosión luego de los resultados, pues al parecer olvidaron informarnos sobre tres asuntos torales para efecto de una eficiente y clara gestión: la distribución de espacios, la neutralidad y la gobernanza.

Para esta triada es de suma importancia establecer el significado y alcance de cada uno de los puntos, a fin de lograr comprender el motivo de su trascendencia a la hora de gobernar.

Sin pretensiones didácticas asumiremos de manera general, el concepto primario de administración pública como el sistema por medio del cual, a través y con el apoyo de una serie de distintos órganos, se realizan las tareas para cumplir lo que el Gobierno decide, teniendo como meta el bienestar y mejora continua de los servicios para todas las personas.

El espíritu que la definición implica, presupone un funcionamiento armonioso y bien estructurado, así como también estar integrado por diferentes ciudadanos que lo deberán adoptar más allá de una forma de ganarse la vida, con ética y compromiso de servicio, asunto que explicamos a continuación.

ESPACIOS.

Lo inédito del nuevo modelo de gobierno que muy seguramente estaremos encontrando, como resultado de las alianzas que fueron establecidas en este proceso, nos augura colisiones y desencuentros si no fueron debida y puntualmente establecidos los espacios de influencia que cada cual tendrá a la hora de gobernar.

Lo anterior es válido y debería de ser algo trivial, pues previamente a conformar los frentes para encarar las campañas, debieron acordar los espacios que corresponderían a cada uno de los integrantes de las coaliciones.

De ninguna manera o circunstancia representa una venta de plazas, sino que es un acuerdo a nivel macro que permite lograr la suma de las minorías para obtener una mayoría que permita acceder al gobierno y, sobre todo, poder ejercerlo debida y respetuosamente.

Ni es reciente ni menos un experimento, pues sucede en otros países como Dinamarca que, adoptando este modelo, le ha permitido ser capaz de reconocer liderazgos de sectores minoritarios en algunas áreas (salud, educación, seguridad, etc.) para establecer gobiernos de coalición mayoritarios y no desgastarse en confrontaciones.

Gestionar exitosamente las alianzas a que haya lugar, nos permitiría lograr un gobierno de coalición debidamente amalgamado que facilite y nos ayude a conseguir levantar el nivel de bienestar de la sociedad, como tiene que ser el único objetivo de cualquier gobierno.

NEUTRALIDAD.

Una de las mayores dificultades a la hora de gobernar, es la que corresponde a deshacerse de colores y filias cuando se accede al poder, pues toda vez que la parte ganadora se convierte en autoridad, este tiene que ser imparcial para todos.

Al abaratamiento de la política por falta de compromiso con los valores e identidades partidistas, debemos sumar que la cantidad de participantes ha generado el fraccionamiento de los otrora grupos hegemónicos de manera riesgosa, lo que implica que, para obtener la mayoría, se generen alianzas antiguamente inimaginables o de sospechosa naturaleza.

Esto ha propiciado que en ocasiones se produzca el clásico agandalle para conservar privilegios y seguir tejiendo redes de trafico de intereses, algo que lamentablemente hemos visto ocurrir cuando se pervierte la política y se convierte en una especie de negocio o cuestionable forma de vida para algunos vivales.

La imparcialidad debe ser una norma de conducta a la hora de ser gobierno, pues implica respetar las entidades públicas tanto como al talento humano de quienes trabajan de manera institucional, evitando ceses revanchistas o acomodo de recomendados.

Se debe gobernar con ecuanimidad, inclusión e independencia, ya que es de sobra conocido que un buen gobierno da votos, algo que solamente ocurre si se trabaja con asertividad y compromiso para todos.

GOBERNANZA.

Término de reciente cuño, es un modelo para ir superando las desigualdades entre el poder y la sociedad, a fin de lograr recompensas y beneficios al involucrarse ambos y participar en la gestión de políticas para su beneficio.

En ese sentido, la modificación en que se toman decisiones por quienes ejercen el poder al permitir interacción de los ciudadanos y funcionarios, restringiendo poderes y logrando incentivos colectivos va dando pertinencia a la autoridad.

Desde una perspectiva global, se refiere al proceso mediante el cual las instituciones públicas dirigen los asuntos públicos, gestionan los recursos comunes y garantizan los derechos humanos. 

Vinculada íntegramente al respeto del Estado de Derecho, la participación efectiva con asociaciones y múltiples interesados, el pluralismo político, procesos transparentes e instituciones que rindan cuentas, determinan su invaluable valor.

Corolario:

“Neutralidad y transparencia para la gobernanza efectiva, una exigencia de la sociedad”

  • Fotografía en portada por Jaime Lopes a través de Unsplash.