Para el diseño estructural se consideran tres categorías de acciones, de acuerdo con la duración en que obran sobre ellas con su intensidad máxima: Las acciones permanentes son las que obran en forma continua y cuya intensidad varía poco con el tiempo. Un ejemplo de ellas es la carga muerta; Las acciones variables son las que obran con una intensidad que varía significativamente con el tiempo. El principal ejemplo de esta categoría es la carga viva; y Las acciones accidentales que son las que no se deben al funcionamiento normal de la edificación y pueden alcanzar intensidades significativas sólo durante lapsos breves. Ejemplos de esta categoría son: las acciones sísmicas; los efectos del viento; las cargas de granizo; así como los efectos de explosiones, incendios y otros fenómenos que pueden presentarse en casos extraordinarios.