La riqueza que distingue a la lengua castellana, nos ofrece la oportunidad para recurrir a palabras que, aunque son poco utilizadas, son precisas para referirse adecuadamente a lo que deseamos expresar o para asignar algún calificativo. Este es el caso para la utilización en este ensayo de la palabra deconstrucción, que siendo un recurso empleado especialmente en la Filosofía para comprender la relación que existe entre lo que se comunica a través de texto o narrativa, con su verdadero significado, podemos aprovecharlo para el presente.

Así las cosas, deconstruir es pues, la gestión que nos sirve para determinar por medio de un análisis detallado, que desbarata o desmiembra a través de un procedimiento intelectual, cualquier estructura, situación o evento, en el que se evidencian ambigüedades, fallas, debilidades y contradicciones, que pueden existir en un discurso que se utiliza para justificar la necesidad de alguna situación u obra particular.

Ante la situación que generan las inversiones en diversas obras de infraestructura, todas ellas necesarias para el crecimiento de la sociedad -según nos dicen- pero que además se promocionan como indispensables, es válido realizarnos algunos cuestionamientos a fin de lograr esclarecer fehacientemente todo lo que de ellas se dice, porque las técnicas de comunicación que se utilizan, son cada vez de mejor calidad y delicadeza en su hechura, provocando en ocasiones la dificultad de visualizar con claridad lo que existe detrás del velo que tan adornada y finamente las encubre.

Estratos.

Independientemente de cuál sea el nivel jerárquico esté promocionando cualquier infraestructura, la Constitución Política que nos rige, claramente establece la división de poderes, autonomía e independencia que gozan municipios, estados y federación para llevar a cabo ya sea individual, coordinada o asociadamente cada inversión en sus círculos de influencia y territoriales.

Existen un sinnúmero de ordenamientos, comenzando desde los que exigen dar origen y justificación de los motivos de la obra, pasando por los que se requieren y solicitan para gestionar los recursos, con carpetas que deben incluir todos los estudios correspondientes al proyecto, con el fin de cumplir y cubrir suficientemente los requisitos para obtener las asignaciones presupuestales, hasta llegar a los que implican procesos jurídicos para estar en condiciones de convocar a su licitación, contratación, ejecución y entrega de las obras.

Este es invariablemente el único camino que cualquier proyecto, independientemente de su amplitud, debe y tiene que seguir para poder materializarse, sin embargo, no podemos olvidar que, aunque sea muy audaz, genial o chistosa la idea que se quiera realizar, todos sin excepción, tienen que cumplir con los estudios justificativos del costo-beneficio y período de recuperación que todas ellas, potencialmente lograrán para la sociedad…¡ah! y sin olvidar que todos, pero todos ellos, tienen que estar listados dentro de los Planes de Desarrollo con los que tanto municipios, estados y federación, deben de contar, pues son la guía que permite visualizar el rumbo de crecimiento e inversión que cada uno tiene. Es una especie de garantía de que existe un destino y no se administra con ocurrencias, bueno…al menos ese es el espíritu de este ordenamiento.

Entresijos.

Es fundamental dejar bien cimentado y claro que lo que se pretende, es visualizar a través de la luz, asuntos propios para mejorar como ciudadanos, siendo válido conocer los datos duros de todos los proyectos para lograr su éxito. “Cuando alguien pregunta, saber quiere” dice un refrán popular y precisamente ese es el punto, el cual de ninguna manera debe ser interpretado como obstaculizante o impedimento para dificultar conseguir un propósito, sino por el contrario, es para tener certeza de que lo que se invierte, cumple de verdad y será de beneficio, tal como se anuncia.

Más allá de los cuestionamientos que ponen a la defensiva a quienes se les formulan en lo referente a las obras que anuncian, es obligación de ley, que las autoridades expliquen y justifiquen a satisfacción de la ciudadanía lo referente a ellas, sin que ello pueda interpretarse como cuestionamiento al poder de su misma autoridad.

Las palabras y métodos utilizados para persuadirnos, en ocasiones son instrumentos peligrosos, ya que a veces no dan en el blanco, invitando a traducirlas con nuestros propios términos, mismos que pueden ser interpretados, reformados o comentados en sentido opuesto a lo que se nos dice, inclusive creando asociación de ideas que distan mucho de la intención de lo pronunciado.

La comunicación visual, es un truco muy socorrido actualmente, pues a través de imágenes o Renders, se utiliza para extender un puente distractor sobre el laberinto de las palabras que sirven para impresionarnos emocionalmente, con una inmediatez que no deje espacio a duda o la reflexión, esto equivaldría al efecto que genera una música seductora. Nunca debemos descuidar la forma en que el recurso visual es utilizado para convencer, a pesar de sus colores y apariencia.

Rentabilidad.

Actualmente se encuentran en desarrollo algunos proyectos u obras que nos llevan a preguntar si en realidad se justifican, como también si han sido debidamente evaluadas.

Como explicamos, ninguna obra puede estar aprobada ni mucho menos apalancada si su proceso de gestión no ha sido realizado integralmente y en eso se incluye la colocación, evaluación y autorización por parte de la Unidad de Inversiones de la Secretaría de Hacienda, ya que ella asigna previa autorización, los recursos a emplearse.

Todo esto no se hace en un fin de semana, ni en una reunión de cuates, pues la metodología para presentar y evaluar los proyectos de inversión, llevan al menos unos buenos meses de gestión, rumoreándose en mínimo de 18 de ellos, para que pueda ser sujeto a recibir recursos del estado, además de pasar posteriormente por el Congreso de la Unión para su debida autorización, e insertarla en el presupuesto de egresos del año en cuestión.

Reconozcamos que lo que se ofrece fácil o gratis, puede esconder costos ocultos o pagos posteriores por esos favores, así que siempre hay que desconfiar de lo cómodo, ya que las gangas invariablemente tienen algo oculto.

La rentabilidad que deben ofrecer las obras de inversión, tiene que ser apropiadamente demostrada a través de las cuatro “E” a saber: economía, eficiencia, eficacia y equidad.

Y he aquí donde asoman varias interrogantes, por ejemplo, cuál será el flujo de usuarios que tendrían las rutas de ferrocarril cuando funcionen y el número de estaciones y corridas que justifiquen el gasto, así como cuál será el período de recuperación de esa inversión. Igualmente vale conocer el método de compensación de los impactos medioambientales que se tienen, al igual de cómo y cuándo comienza a realizarse este, amén de la calidad, flujo del gasto y cumplimiento del programa de obra.

No menos importante resulta el asunto de seguridad, pues en el tramo de la carretera de cuota, se está sustrayendo uno de los dos cuerpos que conformaban esta carretera de pago, al reducirse a un solo cuerpo, donde se insertan cuatro carriles, dos carriles de ida y dos de vuelta, quedando únicamente separados por un camellón de concreto, como aquel antiguo utilizado hace 20 años en la vieja carretera a Progreso, con los riesgos que esto conlleva. Necesitamos conocer la mitigación del impacto medioambiental en este tramo, al desaparecer 11 m de ancho por 270km de longitud.

En lo correspondiente a la ampliación de la infraestructura del puerto de altura, que no solo es limitativa a construir un paso superior por encima de calles y casas existentes, que producirán minusvalía a los predios colindantes a esta obra, sino que si las nuevas obras de profundizar y ampliar el ancho del canal de navegación, tendrán resuelto los impactos por las mareas y su arrastre litoral, sin olvidar el riesgo que existe al incrementar la profundidad para recibir barcos de mayor calado, el agua salada se acerca a la dulce, como también lo consecuente al costo que pagarán los transportistas y que seguramente trasladarán a las mercancías que llevan y aumentarán costos de los productos que se reciban, pues la inversión aunque privada dicen, es quimérica que la estén regalando los inversionistas.

No podemos soslayar que si bien se presume que habrá una empresa beneficiada, también lo es que existen muchos más que potencialmente pueden tener impactos, pues si se cumple que habrán más empleos, seguramente habrá que cubrir y resolver transporte, energía, vivienda, agua, desechos, educación y un largo etcétera, que tienen que estar resueltos antes de solamente anunciar cualquier bálsamo que se promocione como la solución de toda la economía, resolviéndonos a la par de insertarnos como una potencia mundial, pero con servicios de otro nivel.

En fin, debemos seguir deconstruyendo cada inversión para aclarar dudas y garantizarnos el futuro que todos queremos y nos merecemos.

Corolario.

“Deconstruir para acercarse a la esencia, es una obligación de los profesionistas”

  • Fotografía en portada por Hans Peter Gauster a través de Unsplash.