La complejidad que representa la planificación y modernización de las extensiones de las localidades que, como consecuencia de diversos factores como la migración, oferta de tierra, calidad de servicios y crecimiento propio, crean una ecuación muy compleja para las autoridades sobre quienes descansa la responsabilidad de vertebrar de manera adecuada, ordenada, simple y eficaz, la compleja malla de troncales y calles, que fungirán como guías del crecimiento o una mejor organización de la problemática existente.

Expertos en urbanismo recomiendan establecer una red bien planeada y mejor gestionada de arterias (calles) espaciadas por no más de un kilómetro que faciliten el acceso al transporte público dentro de 10 minutos a pie, con una malla (retícula) pequeña de calles que garanticen que el tamaño de las manzanas sea apropiada y cómoda.

Las calles moldean la forma urbana y es dónde se siembran los servicios públicos que una ciudad necesita para funcionar, que además de ser “el corazón” de la zona pública, representa un factor clave en la calidad de vida de las ciudades. A través de ellas, las personas pueden desplazarse y comunicarse, y son un conducto para que tanto los negocios y el intercambio de bienes y servicios funcionen de manera armónica. Al menos, en teoría, es lo que se pretende por lo que debemos esforzarnos y colaborar en que sea posible.

Movilidad.

Contar con un entramado de calles continuas, sin obstáculos ni cuellos de botella, que agilicen el tráfico y favorezcan el flujo de sistemas de transporte público, abonan a mejorar todos los tipos de vecindarios (residenciales, populares o comerciales), protegiendo los valores de la propiedad, aumentando el atractivo turístico y aumentando la actividad comercial que ordenadamente corresponda. Un espacio público insuficiente, debilita el interés por parte de cualquier tipo de inversionista y recarga la responsabilidad y problemática a la autoridad, que se ve tanto presionada y limitada, tanto como apresada para resolverla.

Existen especialistas en Diseño Urbano, Ambiental, Ingenierías y Patrimonio, a quienes debemos recurrir para adecuar proyectos propios a cada localidad, con la aplicación de modernos estudios analíticos que no solo se limiten a decir que tipo de materiales utilizar, sino que nos ayuden a establecer las políticas y estándares sobre las cantidades de ahorros en cuanto a emisión de gases de efecto invernadero, contaminación, temperatura y mitigación de impactos ambientales que deben estarse verificando para atestiguar y dar seguimiento a su cumplimiento. Poco ayuda que se presuma la utilización de un material de última generación o extraterrestre para las obras, sino se cumple con todo el ciclo de sustentabilidad y mantenimiento.

A nivel de negocio en diferentes ciudades y países, se han logrado incrementos de doble dígito luego de las inversiones en las calles con vocación comercial, aparejado sustancialmente con la plusvalía para venta o renta.

En términos ambientales, si se minimiza el uso del automóvil, se ha logrado determinar de manera ponderada una reducción de 15 kg de CO2 por hogar al año en estas zonas.

Si se invierte en mejorar y aumentar la calidad de las aceras haciéndolas más anchas, con cruces seguros, mejor alumbrado público, menor distancia entre las luminarias, mayores áreas arborizadas y con sombra, estaríamos obteniendo mejoras estadísticamente ponderadas del 10%, ya que las áreas verdes, contribuyen a mejorar las condiciones ambientales mediante el aumento de la calidad del aire, la reducción del efecto invernadero y la captura de carbono, sin perder de vista que longitudes amigables con el peatón, son detalles que animan a la gente a desplazarse a pie.

Por ello, el diseño de la vegetación en zonas urbanas densamente pobladas con árboles propios a la zona, puede reducir el efecto de isla de calor producido por la concentración de los pavimentos y el concreto.

Todo lo anterior es igualmente aplicable a lo existente como a los nuevos desarrollos.

Oropel.

Una ciudad más incluyente es aquella que no solamente busca la eficiencia de los traslados y promueve el uso de medios de transporte más sustentables, sino que provee una accesibilidad equitativa.

Hoy encontramos que se presumen inversiones cual oropel, en cuanto a un “nuevo, disruptivo y único” modelo de transporte en Latinoamérica, cuando en realidad existen otros similares en diferentes sitios, pero con una ligera diferencia: son verdaderamente sustentables.

Muchos de nosotros nunca antes habíamos oído hablar de vías de autobús guiadas, no obstante, algunos otros hemos visto funcionar una especie de vehículos llamados “tecnotren” en Argentina que circulaban aprovechando las viejas vías del tren, como una alternativa más barata y rápida a los autobuses que tienen que compartir congestionadas vías públicas todos los días.

Pero más aún, existe un moderno autobús que desde 2015 usa las viejas vías del tren para desplazarse, es el llamado “Guided busway“ y se encuentra en Cambridgeshire, Inglaterra, el cual corre por las viejas vías del tren.

Lo singular y muy bien pensado de este tipo de vehículo, es que solamente utiliza los espacios que sus ejes necesitan para recorrer las rutas, logrando inclusive que el conductor solamente vaya atento y sin maniobrar, al ser automatizado el desplazamiento.

Las ruedas del autobús corren entre losas de hormigón acanaladas a lo largo de una antigua vía férrea, dejando espacios verdes entre ellas.

Este sistema permite el drenaje libre y sin encharcamientos, pues las aguas pluviales son absorbidas por el suelo, además de que logra desplazamientos a velocidades que pueden alcanzar hasta 80 km/h.

Inmediatamente al lado de la ruta, se encuentra un sendero para caminar y andar en bicicleta, que puede ser avituallado con árboles permitiendo mayores áreas verdes.

Con esto se lograría mitigar el grave impacto ambiental que está causándose, pues el hecho de rellenar con cualquier tipo de hormigón (concreto hidráulico) todos los espacios que ocuparon las antiguas vías y que tenían alguna vegetación, disminuiría el costo monetario y ambiental al solamente “tirar concreto” aunque este negocio…es otra historia.

Es importante conocer y transparentar los datos que nos demuestren cómo estamos ahorrando y cuánto estamos disminuyendo la contaminación, la emisión de CO2, la cantidad de árboles y sus efectos al medio ambiente en las rutas y no solamente decir que conectarán muchas localidades.

La oportunidad de conjugar novedosas iniciativas para recuperar espacios que aparentemente estaban ociosos y hacerlos parte de la ciudad, incorporando al transporte colectivo como la base de una movilidad más rápida, segura, eficiente y sobre todo sustentable, es el desafío y está hoy en escena.

Corolario:

“Aplicarse inteligentemente para recuperar espacios que logren una movilidad sustentable, es un reto y compromiso”

  • Fotografía en portada por Mangopear Creative a través de Unsplash.