Un verdadero desafío es dar inicio al perfeccionamiento de cualquier sueño o idea, por fantástica que pudiera ser, ya que para evitar que se convierta en una quimera, sueño guajiro o desperdicio de recursos, se exige una gestión elemental para materializarla y convertirla en realidad, implicando un proceso analítico, no de discurso sino de conocimientos, estudios y revisiones que la hagan pertinente y verdadera.

Hoy en día, estamos viviendo una realidad contrastante entre los medios de comunicación y la narrativa que utilizan para promocionar cualquier tipo de infraestructura, a la que les presumen características que tienden a elevar y situar, hasta niveles que sobrepasan la utopía en todas ellas.

Bases

Existen ordenamientos que rigen los destinos en cuanto a lo que cada administración pretende desarrollar durante su gestión, sea esta indistintamente federal, estatal o municipal. Cada uno de estos, es conocido como Plan Nacional (PND), Estatal (PED) y/o Municipal (PMD) de Desarrollo. En estricto orden, teniendo como base los considerandos y ejes establecidos por el que da sentido al desarrollo del país, se van articulando los de los otros dos niveles. Coloquialmente podemos asumir que las obras no son de antojos o sueños, sino que obedecen a una estrategia previamente establecida, para contribuir al beneficio colectivo de manera organizada, con rumbo definido.

Es de llamar la atención, que más allá de presentaciones con invitados de alto nivel nacional e internacional, ante quienes se anuncian con gran énfasis las pretensiones de insertar y alinear el desarrollo con los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, lo que se difunde, a veces, por falta de una asertiva estrategia de gestión y carencia de una adecuada de comunicación, dista de ser real y cava un orificio a la incertidumbre.

La solución de la problemática urbana, es una tarea complicada y por ello se han fijado diversas estrategias, todas ellas cambiantes y aplicables a lo que se deba ajustar al sitio, pero siempre cumpliendo con los ordenamientos y protocolos para ser consideradas como Infraestructura Sustentable, es decir, tendrán que cumplir lo dispuesto en este eje de mejoramiento, para no causar encontronazos con lo existente y colaborar en la atenuación de los impactos que se pudieran generar.   

Cargos inevitables.

Reiteradamente hemos insistido en las cuatro premisas que establecen lo que tiene que cumplir cualquier infraestructura que se pretenda considerar como Sustentable, a saber, en orden alfabético, Ambiental, Económica, Política y Socialmente sustentables, cada uno de estos constituyentes.

Es decir, los cargos obligados que deben cumplir, son irrefutables e infranqueables, sin que el orden de los mismos sea determinante, pero lo que sí es una regla, es que se tienen que cumplir con todos ellos, sin excepción ni dispensa.

Este es el área de oportunidad en donde las autoridades, tienen que demostrar que más allá de los objetivos, estrategias y líneas de acción que se presumen, en verdad sean aplicables y que el modelo de Gobierno Abierto y Gobernanza que igualmente se pretenden, se apliquen y dejen de asomarse cándidamente, para convertirse y ser una realidad.

Desconocer los pormenores de cualquier proyecto, genera acciones que resultan parciales e indebidas, pues generalmente pondera alabanzas maleables de grupos cautivos, por ello, es conveniente encontrar y conocer opiniones, de expertos independientes, pero sobre todo, de la sociedad a la que potencialmente se le está ofreciendo una mejor calidad de vida, así que tiene que ser debidamente informada tanto como escuchada, para que pueda decidir, ya que su vida cotidiana, es la que será impactada.

Desarrollar un proyecto, no solo es cuestión de planeación sino de gestionarlo adecuadamente, pues al final de cada uno, tanto quien tuvo la idea como quien lo construyó, regresa a su casa, pero la obra, se queda ahí y esperemos que ojalá sea para bien, de cuando menos los que ahí viven y tendrán que adecuarse a esa nueva realidad que se les ofreció.

Para avanzar con claridad, debemos caminar salvando los obstáculos con ingenio y talento, evitando que las sombras que se proyectan, generen debates que dilaten y contradigan la máxima que se presumió al inicio, la de escuchar a todos”.  

Corolario:

“Incluir la opinión de la sociedad, es el primer paso para construir obras públicas”

  • Fotografía en portada de Maarten Van Den Heuve a través de Unsplash.