Sin lugar a duda, las lluvias siempre son esperadas en Baja California Sur, sobre todo por la esperanza de una recarga en los mantos acuíferos; sin embargo, con ellas también vemos otras consecuencias como inundaciones, baches, socavones y demás daños a la infraestructura vial, ello como consecuencia de un crecimiento sin una planificación adecuada. Por ello debemos invertir en la planificación urbana, fortaleciendo a los institutos municipales de planeación y creando la figura de Corresponsables de Obra en Hidrología.