Con el avance de la sociedad y los nuevos desafíos que hoy estamos viviendo, tenemos que asumir que la gestión de obras de infraestructura que a todos nosotros nos involucra, tiene que ser sin cortapisas y de manera eficiente, tanto en tiempo como en la manera en la que se tienen que aplicar.

Las autoridades tienen ante sí, el gran reto de cumplir con sus obligaciones en cuanto a brindar para los ciudadanos, todas las obras que faciliten el cumplimiento de los objetivos que maximicen las facilidades, minimizando los impactos a la ciudad y el medio ambiente, así como nosotros mismos, tenemos que exigir y cumplir lo que nos corresponde para alcanzar los objetivos.

Seguridad.

Lo primero que pensamos al hablar de este asunto, es relacionado con la responsabilidad de las autoridades para brindar seguridad a todos los ciudadanos, sin embargo, es asunto va mucho más allá de solamente esperar que las autoridades del orden policiaco, ministerial o castrense sean encargadas de aplicar sanciones de acuerdo a códigos, leyes o tabuladores a quienes cometan alguna violación a las normas que rigen nuestra vida en la sociedad, puesto que la seguridad es algo más que eso.

La falta de seguridad es atribuible a diversas circunstancias y condiciones, entre ellas la desigualdad, pero también hay una relación entre la inseguridad y el diseño, planificación y gestión urbana deficientes.

Así podemos distinguir que, a falta de alumbrado público, terrenos baldíos, edificios abandonados, calles con difícil acceso, sin vigilancia o escasa visibilidad, ofrecen escenarios en dónde se pueden tener altos niveles de violencia, pues se dificulta la rápida acción de la autoridad.

Incentivar vecindarios con mejores conexiones y transporte público eficiente, ayudan a reducir las desigualdades y ofrecen mayores márgenes de seguridad, pues facilitan a los ciudadanos aproximarse a mayores oportunidades de abastecimiento, servicios, deportes, solaz y esparcimiento, respetando las reglas y ordenamientos para dónde se puede y debe, así como la manera en se tiene que hacer, para no solo insertarlas como una moda.

Una magnífica opción es la de gestionar de manera adecuada, que los espacios existentes logren combinar asertivamente tanto las condiciones de vivienda, como laborales y comerciales para hacer más activa y dinámica la actividad de los mismos, contribuyendo a que los ciudadanos, de una forma pasiva se conviertan en observadores dentro y alrededor de estos espacios, convirtiéndolos instintivamente en espacios más compactos, para que debidamente vertebrados con la ciudad, tengan como resultado un efecto de orden y seguridad para todos, sin descontar el sentido de identidad.

Fomentar actividades que aporten beneficios para el desarrollo de la comunidad, son antídotos muy efectivos para aplicar y aumentar la seguridad, extendiendo la calidad de vida de las localidades.

Trucos y simulaciones.

Ante lo anteriormente expuesto, nos estamos encontrando con algunas estrategias que más bien parecen trucos o simulaciones, que pretenden difundir o hacer parecer que estamos avanzando, y si bien lo parece, pero no como nos lo pintan, pues los que avanzan son otros, que tienen otros fines muy diferentes de lo que se promueve y al mismo tiempo lo hacen a costa de los demás.

Dentro del argot de las estrategias de comunicación (marketing) y publicidad de cualquier índole, existe un recurso denominado “Efecto Halo”, que los profesionales de esas áreas explotan para conseguir sus objetivos, aprovechándolo a tope, aunque en ocasiones tienen otros fines, menos el que se vende.

En el caso de obras de infraestructura, a manera de ejemplo podemos mencionar, que lo que en primera instancia se pretende, es crear una percepción de los beneficios que tendremos los futuros usuarios, centrándose en la calidad e innovación de la obra, algo que, en el papel y las presentaciones, supere las expectativas de todos y cree una percepción de que con eso nos transformaremos en una ciudad de última generación. Inclusive, se puede utilizar a la influencia de personajes famosos, recurrir a diseños multimedia muy atractivos y costosos, sin menoscabo de establecer límites exagerados para lograr el objetivo.

Sin embargo, lo que envuelve en un muy fino y primoroso velo a los ojos de los ciudadanos, es el verdadero motivo que utiliza este Efecto Halo, pues si se dispusiera de los elementos que deben dar sustento a la obra que sea, nos asombramos pues encontramos que no se tiene un proyecto debidamente considerado en un plan de desarrollo que por ley todos los gobiernos deben tener, tampoco se cuentan con los estudios mínimos suficientes que se requieren para garantizar su adecuado funcionamiento, ni que decir de la importante gestión que debe hacerse antes con la sociedad, para consultar y escuchar los pros y contras de los que se verán directamente “beneficiados” con la instalación de esa obra.

No podemos soslayar que toda obra genera un impacto en el sitio en el que se pretenda construir, por eso debe analizarse para cumplir a satisfacción con las normas aplicables, sin olvidar que deben tenerse las mitigaciones a todos esos impactos, actuales y anticipados con la manera adecuada de su amortiguamiento.

No se trata de imponer por capricho y argumentar que es para estar con la modernidad, como tampoco se trata de negar que la evolución y crecimiento de las comunidades, necesita de infraestructuras y servicios para atender las que se requieran construir, pero todas ellas tienen que construirse en el sitio adecuado, con la tecnología e ingenierías de vanguardia, con un sentido social y sustentable, dentro del marco legal.

Infraestructura pírrica.

Haciendo una analogía a lo que se conoce como la locución “Victoria Pírrica”, resulta que, en el asunto de la infraestructura, también existen obras que pueden considerarse como pírricas.

El adjetivo pírrico, se refiere a un triunfo o victoria “obtenidos con más daño del vencedor que del vencido”.

Es decir, conseguir que se “logre” tal o cual obra, puede resultar al final que los desgastes por ella, hayan sido para uno y otros de gran impacto, pero sin duda alguna serán mayores para la población, pues los deterioros llamados “colaterales” serán considerables, ya que, en el trayecto de la imposición, han lesionado gravemente tanto los derechos, normas y vocación de los sitios considerados, creando con ello diferentes crisis tanto para el ganador, pero sobre todo para los vencidos.

Corolario.

“Reorientar la planificación efectiva de nuestras comunidades, es una garantía para la seguridad de los ciudadanos”

  • Fotografía en portada por Sigmund en Unsplash.