El proceso de planificación para la elaboración del Presupuesto anual del gasto de los gobiernos, es una herramienta fundamental para que formule, discuta, apruebe, ejecute, controle y evalúe los resultados que su estructura del gasto público, debe tener asignados de manera justa y asertiva, a fin de lograr crecimiento y desarrollo a todos los niveles.
La importancia e impacto que tiene el presupuesto público en la economía, el desarrollo y en el nivel de vida de los habitantes de cualquier país, muestra una parte esencial del rumbo que la política económica que cada gobierno tiene, ya que da pauta a las prioridades y objetivos a través de los montos asignados y dependientes de sus ingresos y egresos correspondientes de manera ordenada, habitualmente se establecido para un período determinado, acostumbrado de un año.
El presupuesto expone la forma de cómo el gobierno extrae recursos a la sociedad, y cómo los pretende redistribuir.
En ambos ejercicios, extracción y distribución, el gobierno revela sus verdaderas preferencias y prioridades, ya que prácticamente se relaciona con el poder del Estado de meter la mano en los bolsillos y decidir sobre su asignación.
Simplificando, podemos decir que es un plan de acción de gran importancia, porque refleja una parte fundamental de la política económica en la que basa su visión de desarrollo, y bajo ninguna circunstancia, puede aceptarse que su aprobación sea realizada sin los análisis correspondientes.
Dentro de las variables que deben considerarse para su elaboración, tienen necesariamente que incluirse los resultados previamente obtenidos de ejercicios anteriores en las diferentes áreas, a fin de justificar los motivos de las consideraciones presupuestales, para empoderar las áreas que necesitan reforzamientos y potencializar las que deban atenderse y obtener los resultados previstos en los plazos establecidos.
En sociedades que se precien de ser democráticas, no podemos aceptar que por falta de tiempo y sin los análisis justificativos suficientes, los presupuestos sean aprobados sin reservas ni modificaciones, y mucho menos sin cabildeos ni discusiones asertivas, por mayorías que ni siquiera entiendan lo que se pretende, ni la estrategia para su puesta en operación.
Justo y equitativo.
Las acciones gubernamentales debilitan o favorecen a grupos, regiones, sectores económicos, sociales y/o geográficos así que, desde esta perspectiva, el presupuesto es parte clave de la política, pues asigna y dispone de los recursos para lograrlo.
Precisamente por ello, la planificación del presupuesto gubernamental, debe partir de una racionalidad tal, que considere y obedezca las causas que tienen carácter político, económico y social, esenciales todas ellas, para el crecimiento y desarrollo justo y equitativo de la sociedad en su conjunto, debiendo garantizar la evaluación de los impactos, así como su revisión, ajuste y auditorías a que haya lugar, para transparentar en todo momento la aplicación de los recursos presupuestados, en tiempo y manera.
El presupuesto en sí, representa un elemento catalizador para el crecimiento, el empleo, la inflación, la estabilidad de una comunidad, la distribución del ingreso, la educación, los servicios y las oportunidades, pues contribuye con la asignación de recursos para prestar servicios que demanda la sociedad y su dispersión a través de ella.
La exigencia democrática de nuestro país, requiere que todas las autoridades, federales, estatales y municipales, sometan esas políticas a escrutinio, evaluación y debate públicos, con el tiempo suficiente para prevenir decantaciones hacia intereses particulares o de grupos de interés, que atropellen a los de la comunidad.
Tenemos que aceptar sin conceder, que el presupuesto tiene una fuerte relación con la política (marca política) y con el poder, pues la acción gubernamental tiene un impacto determinante en la estructura política, ya que la consolida, la erosiona y continuamente la modifica.
Para la definición y el manejo de la política presupuestaria, no puede prescindirse o esquivarse la técnica, pero demanda que la técnica, esté en función de la política, sin pretender sustituirla.
Como vemos, los presupuestos no son solamente instrumentos técnicos, sino que por la interacción que tienen con el conjunto de tareas que definirán la política económica en general, en gran parte por la medida que se asignen los recursos públicos para ello, constituyen un elemento muy valioso para conseguir no solamente el bienestar de la sociedad, sino en algunas ocasiones, satisfacer intereses diferentes al anterior y consolidar otro tipo de grupos.
Equidad, igualdad y justicia.
El tema de la equidad ha sido de interés para un gran número de intelectuales desde tiempos remotos.
La Filosofía, la Economía, la Política, la Administración Pública, el Derecho y la Ética, convergen regularmente en el interés por precisar los términos de su definición y qué procesos seguir para alcanzarlas en diferentes contextos y situaciones.
Es difícil encontrar lo que se entiende como equidad en políticas públicas, pues sus criterios y resultados pocas veces se difunden.
Por otro lado, igualdad puede llevar a inequidades, de la misma manera que las inequidades, pueden generar mayor igualdad; como por ejemplo cobrar más impuestos a los que tienen mayor ingreso, con el fin de redistribuir servicios o recursos de igual manera, sin importar el nivel de ingreso de las personas.
Innovar, no improvisar.
Tenemos que promover dejar a un lado la improvisación para la aprobación de “presupuestos al vapor” que sigue causando estragos hoy en día, a pesar de los recursos humanos, técnicos y profesionales con los que se cuenta.
Si añadimos que el grado de especialización con la que los profesionales en todas las ramas de la ingeniería y la política poseen por su preparación y capacitación constante, podríamos evitar las justificaciones y excusas de presupuestos que resultan inalcanzables, por su falta de integración.
Esta falla, posteriormente genera que se establezcan argumentaciones a través de declaraciones o campañas mediáticas, para mitigar o tratar de desaparecer u ocultar la falta de planeación e integración de un Presupuesto debidamente armonizado como marca la norma y la ética.
Corolario.
“Ética, planeación y control, logran Presupuestos exitosos”
- Fotografía en portada por Towfiqu Barbhuiya en Unsplash.