Hay quienes piensan y creen que, con la simple actualización de cualquier reglamentación o normativa se puede modificar y modernizar a toda la sociedad y sus costumbres, por eso hoy se encuentran ante una disyuntiva que genera, por un lado, molestia entre la mayoría de las personas que utilizan las vialidades y equipamiento urbano para desplazarse por las ciudades, mientras que, por el otro, una campaña mediática para simular que se logra el objetivo propuesto cumpliendo con la nueva ley aprobada para la sustentabilidad. Veamos.

 Peatones y conductores.

Prefijemos que existen dos grupos que están siendo impactados por este nuevo, moderno y “non plus ultra” modelo de movilidad que nos anuncian incansablemente por todos los medios que, como la mítica panacea universal que los alquimistas estuvieron rebuscando, esta nueva “movilidad” nos trae e inserta por decreto de forma instantánea al futuro, curando todo y nos garantiza la sustentabilidad.

En concreto, estos dos grupos los podemos simplificar entre el de los peatones y el otro, el de los conductores, entendiéndose estos últimos como los de cualquier medio de transporte, ya sean estas bicicletas, motocicletas o cualquier otro vehículo de tracción.

Asienta un viejo adagio que por su gran peso específico, conlleva inclusive un alto sentido jurídico, este es: “el que es primero en tiempo, es primero en derecho”

Tan cierto y contundente es, a pesar y con el pesar de muchos, que sigue siendo aplicable en toda ocasión, por lo que a quien debe respetarse siempre, en primera instancia es al peatón, quien es el que se ganó ese derecho por ser el primero en ocupar las vialidades.

Así de simple debería ser, sin embargo, el peatón es el eslabón más débil de la cadena de movilidad.

Seguidamente fueron haciendo su aparición y evolución otros muchos entes en las vialidades desde animales, carruajes, bicicletas, etc., hasta los modernos vehículos que hoy en día transitan y se mueven amalgamando y mimetizándose en toda esa maraña de vialidades, señales, banquetas, equipamiento de seguridad y/o urbano.

Normativa.

Para ambos grupos, existen reglas para su circulación, es decir, el conjunto de las reglas que son aplicables para un adecuado uso y comportamiento al moverse en las vialidades, sean estas las calles o banquetas, para lograr una mejor convivencia y respeto de la sociedad.

Conocido es que más allá de que pueda existir una muy exquisita y completa normativa para ello, la educación, los valores y el respeto hacia ellos, queda en el libre albedrío de cada uno de nosotros su observancia, respeto y cumplimiento, por ello, hoy nos encontramos con situaciones y conductas ajenas a la urbanidad y buenos modales que deben prevalecer.

De manera general podemos decir que el primer grupo, el de los peatones, a pesar de ser quienes tienen el privilegio de ser respetados por su condición y derecho obtenido con el tiempo, deben al menos cumplir con observar, siempre por cautela, por su propia seguridad y conservación, al menos: a) Circular por la acera, b) Cruzar por las esquinas, estén o no pintadas las sendas peatonales, c) Mirar para ambos lados antes de cruzar, d) Detenerse antes de utilizar los cruces peatonales mirando a ambos lados, e) Caminar siempre por la acera o banqueta, f) Evitar caminar por carriles para bicicletas o por la calle, g) Respetar todos los semáforos, h) Cruzar siempre en línea recta y por el paso de peatones o los pasos con semáforo, i) Prestar especial atención a los vehículos que giran, y j) respetar una velocidad máxima de 15 km/hr entre otras.

Los peatones tienen prioridad de paso ante los vehículos, siempre cuando crucen por las esquinas y respeten la normativa aplicable.

Ciclovías.

En el sentido estricto Ciclovías, son los carriles destinados en exclusiva a la circulación de bicicletas, ofreciendo un espacio seguro para que los ciclistas puedan desplazarse de forma segura, sin invadir y respetar siempre los espacios para peatones, respetar a los peatones, así como las señales de tránsito.

Las ciclovías NO son carriles en los cuales los ciclistas puedan transitar libremente y por encima de la normativa vial, pues no son FFCC y en todo momento, tienen que respetar a los peatones y las señales de tránsito.

Debemos destacar la importancia de utilizar materiales e implementos adecuados y de naturaleza sustentable, para ser congruentes, para lograr el confinamiento y delimitación de los carriles que separan las Ciclovías (conos, trafitambos, confinadores o segregadores de caucho, plástico o de algún material reciclado), sin olvidar la utilización de materiales reflejantes para mayor seguridad.

La implementación de Ciclovías ha obligado a modificar por su impacto, la movilidad acostumbrada en las ciudades, sin embargo, la narrativa de que es para ayudar a la mitigación de la pandemia, no es suficiente, pues no se puede soslayar que cualquier acción, debe ser antecedida por una adecuada planeación y no solo por decreto, más aún cuando se impactan costumbres existentes y derechos obtenidos con el tiempo.

De acuerdo al BID (Banco Interamericano de Desarrollo) existen cuatro fases para implementar proyectos exitosos, las cuales son: 1) Planeación, 2) Diseño, 3) Implementación, y 4) Operación y Evaluación.

Igualmente, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda caminar y utilizar la bicicleta para desplazarse, a fin de evitar aglomeraciones y contactos en espacios reducidos, ello para ayudar a satisfacer las cuotas diarias de actividad física y reducir los factores de comorbilidad relacionados con el sedentarismo y la contaminación ambiental.

En México, autoridades e Instituciones de todos los niveles, elaboraron un Plan de Movilidad (M4S) para atender esta “nueva normalidad” y que han denominado Movilidad 4S para México: Saludable, Segura, Sustentable y Solidaria, atendiendo lo establecido en la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano en México (LGAHOTyDU).

El Plan (M4S), se basa en cuatro ejes (Salud, Seguridad, Sustentabilidad y Solidaridad) que a su vez derivan en 12 (doce) estrategias, por cierto, todas ellas prácticamente sin respetarse.

Punto de Mira.

Resulta imperativo dejar claro, que más allá de todas las recomendaciones que las autoridades hubieren hecho y de los cuantiosos recursos que se hayan autorizado para poner en práctica estas recomendaciones, por ningún motivo puede exculparse ni dispensarse, la falta de planeación y evaluación del sitio en dónde se instalarían o dispondría la instalación de estas ciclovías, por todas las implicaciones que han generado debido a que atraviesan por predios que son patrimoniales, habitacionales o comerciales y les generan afectaciones de diversa índole.

Hay quienes hoy en día creen que la ciudad es un lienzo impoluto, sobre el cual puedan dibujar cualquier propuesta, y otro mucho más serio y real es que se tiene que realizar primeramente una adecuada planeación, que obedezca a la investigación in situ de todas las zonas, todo ello, debido a la ocupación y usos que se tienen en las zonas por donde se propone implementar esas ciclovías y las diferentes normativas que les son aplicables como en las Zonas Patrimoniales.

Es indispensable convocar previamente a la sociedad civil, para lograr identificar obstáculos o problemas a fin de que la autoridad pueda resolverlos con el consenso de manera anticipada y evitar llamar a los mismos de siempre para simular que se tienen solo opiniones favorables cuando no fueron escuchadas todas las partes interesadas.

Queda claro y expuesto que la Planeación de los proyectos, el diseño de los materiales a utilizar, los criterios de implementación y sobre todo la evaluación de su operación para hacer los ajustes una vez en uso, son asuntos que no pueden dispensarse.

Corolario.

“Plan de acción estratégico y evaluación periódica, son imperativos para armonizar la instalación de nuevas infraestructuras en zonas habitadas”

Fotografía en pantalla por Cory Schadt en Unsplash.