Partida de obra: Trabajos Preliminares:

Concepto de obra: Ocultamiento de elementos adosados a fachada.

Descripción del concepto: Ranurado en muros de mampostería de piedra, de forma manual, empleando cincel y martillo, para empotrar y/o ocultar elementos adosados a fachada, como pueden ser: medidores de consumo elèctrico, tubo de acometida eléctrica, mufas, cables, tubos hidráulicos, sanitarios, de ventilación o desagüe de aires acondicionados, bajantes hidráulicos o sanitarios, etc. Incluye el resane de la capa de revoco ranurado, a paño con el paramento, para ocultar y asegurar el elemento.

Se considera también parte del concepto de obra, la limpieza del área intervenida (normalmente son las banquetas), el embolsado (como método alternativo y practico dadas las restricciones de horarios y de empleo de maquinaría pesada o camiones de volteo, típicos de los Centros Históricos), y el desalojo de los desperdicios y escombros producto de los trabajos de ranurado, ocultamiento y resanado de los elementos adosados, a sitio fuera de la obra o donde determine la autoridad competente.

Se anexa  a continuación una tabla que pretende obrar como una ficha técnica muy sencilla para su análisis y entendimiento y que busca màs que nada, reflejar el tipo de personal que se puede utilizar, los principales materiales empleados en el concepto y las herramientas (herramienta menor) usadas en este tipo de intervenciones, así como algún dato sobre el rendimiento combinado de la cuadrilla especializada.

Ficha Técnica: Unidad de trabajo: pieza

Procedimiento: Con la ayuda de un muy buen cincel, de largo adecuado y filo mejorado, pudiendo esto hacerse en obra por medio de la piedra esmeril o “silab”, amén de un buen martillo de bola o similar (se recomienda el martillo de bola porque habrá secciones de muro que podrá ranurarse u horadarse con tan sólo golpear con la fuerza suficiente utilizando la parte esférica del mismo, conocida en obra coloquialmente como bola), de donde toma su nombre la herramienta citada.  

Con el auxilio de los andamios banqueteros y los tablones, se accesa hasta el elemento a trabajar y se procede a realizar la ranura de la  mampostería en forma vertical, horizontal o combinada, según sea la característica del elemento a empotrar u ocultar y a la disposición que este guarde en el paramento, procurando ampliar los suficiente por los costados del mismo, o el espacio donde se piensa poner el elemento si se tratara de una pieza nueva, ensanchando lo suficiente el espacio para que el martillo o cincel pueda ser manejado por detrás del tubo, de tal manera que se forme un asiento lo suficientemente amplio para remeter el tubo permitiendo que por ejemplo: un medidor de consumo de corriente, quede “a paño” con el muro ya revocado y por debajo del nivel del acabado fino o masilla, aunque este es solo uno de los elementos que necesitan ser remetidos en el macizo para no afear la fachada, así continuando con el mismo ejemplo, únicamente deberá sobresalir la mufa de la acometida en la parte superior.

Pero los elementos de instalación eléctrica, no son los únicos que afectan las fachadas históricas, hoy por hoy es posible ver que ante el escaso conocimiento en la materia y el casi nulo aprecio que se tiene por este tipo de edificios históricos, se recurre al lugar común, a lo más fácil, por la vía del menor esfuerzo para resolver adecuadamente el suministro de electricidad, telefonía, fibra óptica, internet, aire acondicionado, voz y datos, elementos de ventilación o de desagüe de la misma instalación sanitaria, además de cuestiones de publicidad, toldos,  y un largo etc.; de aditamentos y aparatos que provocan un deterioro visual y físico de las fachadas históricas.

Es por ello que resulta de vital importancia saber resolver y manejar con acierto la solución óptima de estas cuestiones, usando la creatividad y la capacidad técnica de los profesionales y maestros de obra, contratistas o cualquier persona que trabe relación con este tipo de edificaciones.

Continuando con la descripción del procedimiento a emplear, diré que después de terminar la fase de ranurado o banqueo del asiento del elemento a ocultar, se procederá a humedecer la mampostería con abundante agua para que bajen los residuos de polvo e inmediatamente se procede a realizar el resane de la ranura de dos formas adecuadas o correctas pero una más eficiente que la otra.

La primera alternativa consiste en el empleo de un mortero contemporáneo y hasta cierto punto tradicional en el entendido que así se ha hecho por décadas después de que perdimos las ligas empleadas por los albañiles de la colonia que la heredaron a su vez de la cultura maya y la fusionaron con el saber de los albañiles ibéricos con fuerte influencia árabe en su accionar y procedimientos constructivos.

Entonces no está mal emplear un mortero a base de cal hidratada: polvo de piedra: adhesivo polimérico/elàstomerico para mortero en proporción 1:6:0.5 donde el adhesivo polimérico/elàstomerico para mortero va a razón de medio litro por cada saco de cal hidratada, siendo este mortero el empleado para revoco y resanes y sobre el cual se especificará en el siguiente concepto.

Pero si queremos desandar el camino y ser sustentables, ecológicos y amables con el patrimonio, apegarnos a las reglas de la conservación y preservación de métodos tradicionales o lo màs cercano a ellos en la intervención patrimonial, podemos y debemos optar por el empleo de un mortero de cal química o mortero base cal de los ya disponibles en el mercado: polvo de piedra y si se cuenta con sascab mucho que mejor, en proporción 1:1 para el sellado de la ranura y fijación de los elementos a ocultar.

Me ha tocado ver de todo en estos años de intervenir en el patrimonio, e incluso como es la misma autoridad quien por desconocimiento en la materia, instala faroles, postes de alumbrado público, semáforos y demás aditamentos, sin el menor cuidado y apego a las reglas de conservación de Centros Históricos, vaya, hasta transformadores he visto colocados frente a hermosas y señoriales fachadas históricas, y la verdad, es una pena, no habla bien del accionar de entidades que deben recurrir a los profesionales del ramo como los arquitectos e Ingenieros o especialistas en la materia, a fin de asesorarse para un adecuado manejo de estas intervenciones, que si bien, son necesarias para la colectividad, no deben afectar a otro elemento del bien común como lo es el Patrimonio Edificado, que en muchos casos y ciudades de Mèxico, son Patrimonio de la Humanidad.

Finalmente se repella, revoca o resana, el área trabajada hasta el nivel de mampostería o hasta cubrir el elemento remetido u oculto y se deja así en espera de la o las capas restantes de revoco, que en este tipo de edificios, puede alcanzar los 4.0 cms o un poco màs, dependiendo de los desplomes y del espesor del macizo, como quiera que fuese, decimos que hasta alcanzar el espesor que llevará el paramento.

Se debe buscar siempre, una fachada limpia, que destaque su prestancia y belleza, si existen cables de distintas instalaciones colgando sin ton ni son, procurar formar atados o torones si cabe llamarlo de esta manera y acomodarlos sobre las cornisas o parte superior de las molduras, en los cantos de los enmarcamientos, etc. De tal suerte que se vea lo màs acomodado posible y pulcro.

Y en esta etapa es sumamente importante que la ubicación de los elementos remetidos y ocultos de ninguna manera y bajo ninguna circunstancia, alteren las características morfológicas del predio, su intención y estilo arquitectónico y tampoco que deterioren los ricos y variados elementos ornamentales que visten nuestras fachadas coloniales, históricas y representativas de nuestra cultura y patrimonio edificado.

  • Foto: Ocultamiento de acometida eléctrica, Fachada en Centro Histórico, Mérida Yucatán. Fuente: Fotografía de Ofelia Espinosa Chuc/Archivo personal del Ing. Magdiel Cen.
  • Fotografía en portada: Fachada con elementos adosados perfectamente ocultos, Centro Histórico, Mérida Yucatán. Fuente: Archivo personal del Ing. Magdiel Cen.