Actualmente existe en el mundo una onda de preocupación a la que se ha denominado Calentamiento Global, aunque el fenómeno no es nuevo, ya que su referencia existe desde hace 180 años cuando da inicio la revolución industrial y comienzan a llevarse estadísticas por el impacto que causa el calor que se irradia desde la Tierra hacia el espacio y queda atrapado por la atmósfera.

Este asunto es un tema muy serio que no solo causa turbaciones sino que debe obligar acciones inteligentes que ayuden a mitigar los impactos que se podrían presentar, teniendo como bases los lineamientos comprendidos en los Objetivos para el Desarrollo Sostenible 2030.

El cambio climático y el efecto invernadero no son consecuencias de la naturaleza, es resultado de la actividad desproporcionada del ser humano destruyendo, a caso tecnología y la velocidad de los nuevos adelantos a la que lo están haciendo ¿han sido beneficiosos para nosotros? Sencillamente existe una falta clara de voluntad por parte de grupos de interés a más de la colusión entre partes, que sumados al “agandalle” de algunos otros depredadores, hacen más vulnerables y escasos los recursos con los que cada vez contamos.

Así las cosas, mientras todo este panorama continúe, no se prestará la debida atención al calentamiento global y a sus múltiples consecuencias en el medio ambiente, por lo que partiremos utilizando como plataforma este hecho, para exponer lo siguiente.

Analogías.

A semejanza del calentamiento global, hoy en día nos encontramos en una situación de emergencia de sanidad, lo que ha dado lugar a que entren a escena, las posiciones de diferentes actores, públicos y privados, que tratan de exponer y argumentar “sus propios motivos” que presentan o tratan de justificar su estampa en la discusión, para mediar y lograr la autorización de una nueva hipoteca para el Estado.

Los antiguos alquimistas de la edad media, estuvieron en búsqueda permanente de la panacea, pócima a la cual le atribuían la cura de todos los males y la prolongación de la vida, algo que vuelve a ser análogo, pues se pretende que con ésta otra deuda que contrataría el Estado, se logre la recuperación de los motores económicos que permitan poner en movimiento las actividades y que logren permear lo más rápido posible.

Rapidez no necesariamente es tener dinero para gastar de inmediato, sino es privilegiar y apoyar  las condiciones que generen la reactivación de las actividades productivas, a manera de promover un círculo virtuoso, que permitiría ser asertivos para ir gradualmente de manera constante, restableciendo y potencializando el empleo, que entonces sí, aportará solvencia a la población.

Calentamiento del Presupuesto.

Retomando el hilo del calentamiento y los impactos que se deben mitigar, debemos comprender que un presupuesto lo podemos definir coloquialmente, como un plan en el cual se consideran todos los gastos, ingresos de las operaciones y los recursos con que se cuentan para operar de manera solvente la marcha de una empresa, sea pública o privada, es decir, en ella deben exponerse para los socios o ciudadanos, los compromisos que se adquieren para su correcto funcionamiento. Así que éste no es un asunto menor, pues compromete los resultados, flujos e inversiones en un período de tiempo determinado y he aquí la importancia del empréstito, que a semejanza del medio ambiente, deben aplicarse las mejores propuestas sustentables a fin de mitigar los impactos y evitar el calentamiento político y sus efectos.

Visibilizar para que todos estemos consientes, que las decisiones que se apliquen, sean resultado de valerse del raciocinio más allá de los compromisos de facto que pudieran existir, es indispensable para comenzar los análisis, pues las referencias con respecto a otros Estados deben ser en proporción uno a uno, es decir deben compararse peras con peras y manzanas con manzanas.

No debemos aceptar argumentos que consideren la existencia de montos de poca cuantía con respecto a otros Estados pues la capacidad de pago es diferente.

Escepticismo.

La fundamentación que debe existir, con referencia al préstamo para aplicar en Obra Pública, es la referente al establecimiento de bases incuestionables que nos den luz para transparentar algunas de los siguientes dilemas: a) Capacidad de pago del Estado, b) Plazo para cumplir sin afectar compromisos y proyectos ulteriores, c) Métodos y criterios de selección y asignación de contratistas, d) Apertura sin concentración de grupos, e) Garantizar la libre aplicación sin compromisos partidistas, f) Inclusión plural, entre otros.

Es cierto que existen otras más, sin olvidar la importancia de que quienes tendrán en sus manos la definición del endeudamiento, se deben a sus electores y que su decisión debe partir desde la base de transparencia y certeza, que todos nos merecemos y exigimos hoy más que nunca para dejar de forma diáfana, los postulados que servirán como evidencia de su aprobación.