Las disposiciones establecidas por las autoridades de todos los niveles para evitar al máximo el contagio y/o la propagación del Covid19, si bien es cierto que nos obliga a encontrar actividades a las que ya pocas veces le dedicábamos algo de tiempo, igualmente nos dan la ocasión de desempolvar libros y apuntes a mas de analizar y preparar las nuevas estrategias que deberán aplicarse para el momento en el que nos avisen que ya podemos abrir las puertas de nuestros negocios, regresar al trabajo o ver en dónde encontraremos ocupación como consecuencia colateral de la misma pandemia.

En este sentido, insistimos como todos sabemos, que al ser la Industria de la Construcción (IC) una rama que incide en cuando menos 40 diferentes sectores de la economía, su comportamiento representa un indicador de las condiciones económicas del país por sus requerimientos de una multiplicidad de especialidades para su funcionamiento, lo que además genera gran cantidad de empleos e interactúa con un dilatado número de industrias manufactureras, proporcionando elementos básicos que benefician a la sociedad.

Debemos tratar de comprender que la Industria de la Construcción tiene que hacer un recorrido mínimo para su reactivación, por la forma de realizarse las adjudicaciones en el sector público y por la recuperación y confianza en el sector privado, de manera que ambos de manera integral, contribuyan en el menor plazo posible a reavivar en corto plazo el futuro para lograr el crecimiento, la competitividad, la unión social y territorial y como consecuencia elevar la calidad de vida de acuerdo a la sustentabilidad y los Objetivos para el Desarrollo Sostenible que la ONU ha establecido para lograr en el 2030.

Sin la recuperación de la Industria de la Construcción, será difícil que la economía de nuestro país logre reconquistar los niveles de inversión y empleo previos a la crisis en la que ya nos encontrábamos, los cuales resultaron agravados por la pandemia.

Escenarios.

Existen varios ámbitos con oportunidades para reactivar la construcción, como las inversiones en infraestructuras de transporte, hídricas (o hidráulicas), de energía, construcción de viviendas, turística, ya que todas en conjunto podrían resultar factor multiplicador de empleos directos e indirectos con la consecuente derrama económica en diferentes sectores como mencionamos anteriormente.

La caída de la inversión en infraestructuras, por el ajuste que hubiera sido, llámese éste, sub ejercicio o gasto público, así como la falta de confianza para nuevas inversiones por parte de la Iniciativa Privada, reduce la esperanza de recuperar el crecimiento económico futuro, por lo que resulta imperativo el esfuerzo inversor conjunto para acelerar la recuperación de la Industria de la Construcción.

La colaboración público-privada puede constituir un mecanismo alternativo de financiación de esta Industria, por lo que sería recomendable explorar y dinamizar nuevos esquemas con certeza y agilidad, para poner en operación en cualquier plan de recuperación económica para las empresas, mismo que seguimos en aguardando.

Debilidades y Fortalezas.

Debilidades. (1) La crisis ha contribuido a destruir una parte importante del sector empresarial entre los distintos tamaños empresariales que existen y lo heterogéneo del mismo sector, lo que dificulta el diseño de medidas generales de reactivación, (2) Elevado desempleo especialmente de mano de obra de baja preparación y (3) La falta de Financiación ha traído como consecuencia  que el nivel de innovación, se mantenga por debajo de un punto medio de referencia con relación a otros sectores y consecuentemente a la falta de apoyo para la obtención de recursos para implementar mejores prácticas y proyectos de negocio para el sector público y privado, lo que dificulta aún más, la recuperación del sector y su aporte a la economía.

Fortalezas. (1) Las empresas con más esperanza de sobrevivencia son las más grandes y en consecuencia, las más solventes, pues cuentan con asesores propios o externos que previeron estrategias para soportar las crisis, pero esas son las menos (alrededor del 5%). (2) Mano de obra especializada (ingenieros, arquitectos, etc.) con buen grado de formación. (3) Solución de conflictos desde el diálogo social a través de las diferentes organizaciones de obreros de la construcción.

Financiación y Transparencia.

Lo que resulta evidente es que para incentivar la recuperación de manera pronta, se necesita trabajar en la gestión de los instrumentos necesarios para acercarlos en el menor tiempo posible a las Empresas de la Industria de la Construcción, por la desenvoltura que esta ofrece, al permear la distribución de las inversiones en un amplio campo de la economía, sin embargo un papel fundamental lo deben asumir los entes financieros a quienes los empresarios de la construcción deben tener facilidades para acceder y obtener los recursos, algo que hoy resulta un camino muy sinuoso y difícil para el 95% de las empresas de la construcción.

Es conveniente reactivar la financiación crediticia para responder a las necesidades de las empresas de menor tamaño, con oportunidades como el entorno de tipo de interés a bajo costo pero con rentabilidad bancaria, por lo que se debe trabajar en modelos innovadores que consideren de manera integral las limitaciones regulatorias, una adecuada y ágil reglamentación, con la premisa en todo este proceso de ser transparentes.

  • Fotografia en portada por Nicolas J Leclercq en Unsplash.