Está de moda en México hablar mucho de conservadores y liberales, pero me doy cuenta que se usa esa moda a conveniencia de buenos y malos, enalteciendo por un lado a unos y despreciando en contraparte a los otros, sin embargo más atención llama a mí como se auto nombran en un bando o equipo sin reparar en sus acciones y ni qué decir en la definición básica de cada concepto. En aquel tiempo, en los albores de la ilustración, regían al mundo monarquías apoyados por una clase de nobleza, la cual no deseaba afrontar los cambios que se avecinaban de la mano de una creciente revolución industrial y que despreciaba a aquellos señores de la ciudad de Burgos que habían logrado acumular grandes riquezas con las oportunidades que los nuevos tiempos brindaban, oportunidades que la comodidad de su estatus social había cegado, por tanto no deseaban el cambio, deseaban conservar el estatus quo. Aquella revolución empezaba a generar una avalancha de conocimiento que ponía no solo en duda sino en jaque las ideas milenarias bajo las cuales habían sido regidos hasta entonces; se dieron cuenta que Dios no descendió para colocar la corona sobre un noble y mucho menos era su voluntad que lo obedecieran, las personas del vulgo aprendieron a leer y a escribir, y con ello a pensar, a opinar, y a añorar la libertad del ser humano. Aunque obsoletos, poco prácticos a la actualidad y sin beneficio alguno hoy en día, recordamos entonces algunas características. Los conservadores deseaban conservar el estatus quo y sin importar que el mundo se mantuviera en constante revolución ellos por el contrario pensaban en imponer ideas de 30, 50 o 100 años de antigüedad, les molestaba la libertad de prensa y que decir la libertad de pensamiento, todo aquel que pensara diferente era un adversario a erradicar, no vaya a ser que le alborotaran el gallinero, sumado al miedo su segunda herramienta más poderosa para gobernar era el fanatismo, porque así lo quiso Dios, despreciando la ciencia y todos esos conocimiento novedosos, pues ese humo que salía de la novedosísima máquina de vapor eran los humos del infierno que Satanás enviaba para mover esas máquinas infernales, si no es que sus demonios eran quienes las empujaban, protegidos tras crucifijos, escapularios y reliquias religiosas demeritaban los avances científicos y tecnológicos; qué decir del dinero ¿para qué un pobre quiere enriquecerse? ¿Qué harías tu Juanito con tanto dinero? No eso no puede ser, eso solo lleva a la perdición, eso de la superación personal a través del trabajo y empresa libre no es para ti, porque te quiero y te protejo no permito que siquiera sueñes con una mejor calidad de vida. Los liberales deseaban la libertad a decidir a qué dedicarse, qué hacer con su vida, no ser destinados por la sola casualidad de nacimiento, embriagados por el conocimiento que brotaba desde la naturaleza buscaban, pedían y gozaban el debate de ideas, encontrar el sentido a la vida y a la naturaleza, avanzar con el mundo, un mundo que con las noticias de los grandes exploradores se les hacía cada vez más pequeño y un universo más allá de la tierra y el sol que cada vez se les hacía más grande, descubrieron que al innovar en las aplicaciones del conocimiento que descubrían cada día generaban riqueza, y con ello generaban también la envidia del miope que no entendía el mundo moderno. Repito, aunque obsoletos los conceptos a aplicar hoy en día podemos resumir que los conservadores gustaban de la censura, de la opresión al pensamiento, del fanatismo, se oponían al crecimiento y desarrollo humano, estaban en contra de la libre empresa y defendían la idea de que la riqueza era una condición de la nobleza, el poder era algo que debía perdurar por generaciones. Por otro lado podemos resumir que los liberales gustaban de la libertad de pensamiento, de la libertad de prensa, de la libertad humana, de la libre empresa, de la libertad de credo y de la ciencia, y tenían una loca idea llamada rotación de poder.

Por tercera vez repito, aunque obsoletos para la política actual estos conceptos, cabe preguntar ¿si vivieras en el siglo XVIII cuáles políticos actuales serían conservadores y cuáles liberales?

  • Fotografía en portada de Trey Gibson en Unsplash.