Partida de obra: Trabajos Preliminares:

Concepto de obra: Liberación de aplanados.

Descripción del concepto: Los primeros trabajos que se efectúan al intervenir un predio en Zona de Monumentos o un predio con características históricas, consisten en la liberación de todos aquellos aplanados sueltos y/o degradados por intemperismo o por vencimiento de su vida útil en los macizos (muros), resaltes o relieves, elementos ornamentales diversos y en todas aquellas molduras de variadas formas, perfiles o secciones, que adornen la fachada u edificio, a cualquier altura y posición que guarden en la envolvente.

Se considera también parte del concepto de obra, la limpieza del área intervenida (normalmente son las banquetas), el embolsado (como método alternativo y practico dadas las restricciones de horarios y de empleo de maquinaría pesada o camiones de volteo, típicos de los Centros Históricos), y el desalojo de los desperdicios y escombros producto de los trabajos, a sitio fuera de la obra o donde determine la autoridad competente.

Se anexa  a continuación una tabla que pretende obrar como una ficha técnica muy sencilla para su análisis y entendimiento y que busca más que nada, reflejar el tipo de personal que se puede utilizar, los principales materiales empleados en el concepto y las herramientas (herramienta menor) usadas en este tipo de intervenciones, así como algún dato sobre el rendimiento combinado de la cuadrilla especializada.

Me queda claro que puede haber un manejo mucho más eficaz o que alguien pudiese sugerir una forma mucho más funcional de operatividad, pero en tanto eso sucede, sirva esta tabla como guía e indicador para los interesados en el tema.

Ficha Técnica: Unidad de trabajo: m²

Procedimiento: Lo primero que deberá hacer la cuadrilla de trabajo será delimitar el área de trabajo utilizando los conos naranja a los cuales sujetarán la banda de advertencia con la leyenda “PRECAUCIÓN” a fin de garantizar la seguridad de los transeúntes y de los operativos al estar efectuando movimientos, formando una bahía o isla que abarque parte del arroyo vehicular y que destaque a la torre de andamiaje desde la distancia.

Inmediatamente después o a la par de la actividad anterior, deberá levantarse una torre de andamiaje que permita acceder al límite superior de la fachada, y mientras se van elevando y ensamblando los módulos par a par de andamios banqueteros, se debe ir asegurándolos a las salientes del paramento, como pueden ser elementos de madera o herrería de puertas y/o ventanas, por medio de cuerdas de nylon y/o tortoles de alambre recocido.

Al llegar la torre a la altura máxima, es recomendable sobrepasar el predio por al menos un módulo màs, es decir: aproximadamente 2.0 metros, para facilitar maniobras sobre los techos y sobre todo, para permitir terminar de asegurar la torre de andamiaje ayudándose con los caballetes de la fachada o desde la misma cubierta. Desde luego, siempre que las condiciones de cableado y las propias del predio lo permitan.

En caso de no contar con andamios metálicos, podrá armarse un entarimado empleando polines y barrotes como lo marca la vieja escuela; con la salvedad de que esta variante exige hacer oquedades en el macizo de mampostería para anclar o asegurar dicho entarimado, por lo que siempre se debe buscar no ser demasiado invasivo o dañar y/o comprometer la trabazón y estabilidad del paramento.

Ya en este punto, se estará en condiciones de empezar a retirar con la herramienta conocida como picoleta o martillo de filo, las capas de acabados vencidos, de los muros o macizos, siempre se empieza desde la parte más alta de los mismos hacia la parte inferior.

Los aplanados siempre se deben  liberan por partes, dejando los que presentan solidez, nunca se liberará una fachada de manera sistemática y siempre debe evitarse retirar los acabados en su totalidad, a menos que sea estrictamente necesario, ya que los acabados existentes son originales y datan de una época y sistema constructivo que debe ser conservado, como hemos explicado en aportaciones anteriores. De igual manera el golpe de la herramienta deberá ser suave y rasante a fin de liberar sólo los aplanados flojos, aquí juega un papel muy importante el conocimiento del profesional o supervisor a cargo y de la pericia del operativo, ambos deben conocer la importancia y antigüedad de los aplanados que retiran y de su historicidad.

Los peones o ayudantes deberán ir embolsando el escombro producto de la demolición o picado de los acabados, con la ayuda de la pala cuadrada y las bolsas de rafia, a fin de mantener el área de trabajo siempre limpia y libre de obstáculos y mantener la banqueta limpia después de cada jornada.

En esta parte de los trabajos, se incluye también la demolición por daño irreversible, previa inspección del supervisor o responsable de los trabajos, de las molduras y los numerosos y variados elementos ornamentales que este tipo de edificios suele tener.

Es por ello que antes de proceder a lo anterior deberán obtenerse los moldes adecuados para reproducir fielmente los elementos ornamentales en etapa posterior, siendo necesario registrar de manera gráfica, apoyándose en los medios disponibles (dibujo, fotografía, etc.), y de manera física (bajando o liberando piezas ornamentales conservadas), tanto su forma como dimensiones siguiendo el procedimiento adecuado que será descrito en posteriores entregas.

El muro de mampostería ya liberado de los acabados o aplanados vencidos y/o degradados por el vencimiento de su vida útil o por el deterioro del intemperismo y ambiente agresivo, deberá permanecer expuesto al aire tantos días como sea posible (recomiendo basado en mi experiencia profesional, un periodo no menor a una semana), para que pueda ventilarse adecuadamente y disipar la humedad que pudiere contener, es por ello que en términos de programación de obra, conviene ejecutar este tipo de trabajos en los periodos de secas o de estío por ser más favorable para este fin.

Además de que esto nos pondrá en la posición de observar si el macizo no presenta problemas de estabilidad estructural, grietas de importancia o asentamientos diferenciales y proceder a tiempo y adecuadamente a su consolidación o atención.

En otra ocasión pertinentemente nos ocuparemos de algunas de las anomalías o patologías que suelen presentarse en predios históricos, toda vez liberadas las fachadas o paramentos de los acabados y como se deben atender y resolver, aunque por si sola esa temática es bastante amplia y constituye todo un apartado.

De momento lo dejaremos en este punto y reitero que constituye un placer compartirles estos conceptos y sugerencias y espero que lo aquí vertido les sea de utilidad, que puedan darse tiempo en estas circunstancias complicadas que vivimos por el COVID-19 de leer y aprender, nos vemos pronto y mis mejores deseos para todos.

  • Fotografía: Liberación de aplanados con picoleta, en fachada meridana. Ofelia Espinosa Chuc/Archivo personal del autor.
  • Fotografía en portada: Fachada lateral del Palacio Cantón, Paseo de Montejo, Mérida Yucatán. Archivo personal del autor.